Las mochilas de día o
day pack se pueden encontrar en muchas versiones: para ir al colegio, para excursiones urbanas, para esquiar o montar en bicicleta, etcétera, y a menudo ofrecen numerosos detalles funcionales. Por desgracia, abundan en el mercado los modelos a precio de ganga que tienen una calidad más que dudosa. Sin embargo, también las mochilas de día deben cumplir con unas mínimas exigencias en cuanto al confort y la funcionalidad, es decir, tener una espalda reforzada, hombreras acolchadas, cinturón lumbar, bolsillos o compartimentos incorporados y un material suficientemente resistente.
Cómo cargar la mochila
Sistema de ventilación de la espalda
Es imprescindible que la mochila permita una buena ventilación de la espalda para no retener el calor y el vapor de agua que se produce al sudar, y evitar así un exceso de acumulación de calor que no sólo sería molesto, sino que también se autopotenciaría debido al efecto de sauna. Pero son pocos los fabricantes que se toman en serio el detalle de una espalda bien ventilada. En el caso de las mochilas para senderismo, la solución más fresca es una malla tensa y separada de su espalda algo curvada (aircomfort). En las mochilas que se ajustan a la espalda es un acolchado de material especial que expulsa la humedad (aircontact). Existen también otros sistemas de ventilación, pero con una eficacia que a menudo deja mucho que desear.
Otras características y detalles funcionales
Las hombreras deben ser anatómicas, así como tener anchura suficiente y un buen acolchado en la zona de hombros. Una correa pectoral aumenta la estabilidad en el porteo, lo que es de especial relevancia en el caso de las mochilas de gran capacidad o las mochilas para esquí.
Hasta un volumen de 40 litros, aproximadamente, el cinturón lumbar puede ser más básico (en las mochilas para escalada es preferible que sea desmontable). En las mochilas de mayor capacidad, el cinturón lumbar debe ser ancho y acolchado, puesto que tiene la función de trasladar la carga desde los hombros a la cadera. Es preferible que el acolchado consista en dos capas para que no sea demasiado blando.
Compartimento de seta o tape: facilita un acceso rápido a los utensilios más pequeños, tales como crema solar, gorro, cámara fotográfica, etcétera.
Compartimiento en el interior de la seta: sirve para guardar documentos importantes u objetos valiosos (se ubica habitualmente en dicho lugar).
Los bolsillos o compartimientos exteriores laterales son muy útiles, siendo ideales para las mochilas de senderismo. En cambio, en las mochilas para escalada son un estrobo. Una buena solución la ofrecen los bolsillos incorporados ocultos que se pueden sacar en caso de necesitarlos. Existen también como accesorios para las mochilas de gran capacidad.
Un detalle imprescindible son las anillas funcionales portamaterial para sujetar piolets, crampones, bastones, etcétera. Se desaconsejan las cintas o correas cosidas que con frecuencia estorban más que ayudan. Son suficientes las anillas de sujeción en las que se fijarán correas regulables según necesidad.
En cuanto a la impermeabilidad, no existe ningún tejido para mochilas que sea totalmente impermeable. Para conseguir un grado de impermeabilidad aceptable (hasta una columna de agua de 1,000 mm como máximo), el tejido debe tener un revestimiento interior de entre una y tres capas. Hay que distinguir entre revestimientos/resinados de PU (poliuretano), acrílico y PVC. El primero es el habitual en las mochilas para las actividades de montaña; el tejido de revestimiento de PU es blando y tacto suave; el revestimiento acrílico es más barato, pero el tejido tratado así tienda a arrugarse, y los tejidos con recubrimiento de PVC son muy gruesos, pesados y prácticamente impermeables, se utilizan sobre todo en mochilas baratas.
De todos modos, cualquier revestimiento envejece con el tiempo. Con el uso, el tejido se endurece y se deteriora la capa de recubrimiento, lo que significa que con el tiempo disminuye su impermeabilidad. Para tener una protección segura contra la humedad, existen las fundas de nailon.
Es de especial importancia el peso de la propia mochila. Obviamente, el material cordura, que es más resistente, pesa más que el nailon para mochilas. Pero existen también importantes diferencias en el peso debido al tipo de construcción que utilizan los fabricantes.
Tomado de Ediciones Desnivel, de: Pit Schubert y Pepi Stückl. Montaña y seguridad. Técnicas de aseguramiento y material. Ediciones Desnivel, Madrid. 2007. 219 páginas. ISBN: 978-84-9829-093-6. Páginas 25-28