CRÓNICA.

El Belén de este año ha sido el reflejo propio del éxodo sufrido por San José y la Virgen María.
La ruta se inició francamente tarde y con problemas, desde Manzanares el Real. Al poco tiempo de iniciar el ascenso por las sendas de La Pedriza, uno de los miembros del grupo comienza a padecer dificultades para continuar la ruta y se inicia el recorrido alternativo a la actividad principal.
Desde este momento la ruta sigue un curso normal, sin incidentes ni sobresaltos, recorriendo La Pedriza y asombrándonos con la capacidad de sus cabras montesas para sortear sin ninguna dificultad sus peñas y riscos, a diferencia de los agarrotados escaladores que pasito a pasito suben lentamente por las vías trazadas en las rocas.
Al llegar al Collado Cabrón hacemos una parada técnica, que denominan los expertos, nosotros lo que hicimos fue parar a comer, como está mandado y marcan los cánones. En este mismo lugar, en una oquedad de las rocas y lejos de las manos de cualquier excursionista, instalamos nuestro portal de Belén pieza a pieza. Algo debe tener el portal de Belén, que a todos nos embarga la ilusión al poner unas sencillas figuritas de barro o plástico. Será seguramente que, quieran o no quieran los "eruditos" de la progresía (dicho con toda la sorna del mundo), se trata del nacimiento de Cristo.
Tras haber comido como Dios manda, con brindis de sidra y cava (única actividad del año en el que se permite algo de alcohol) y puesto el Belén, retomamos el camino ya de vuelta a Manzanares para concluir la actividad que pone el broche final a un año escaso de actividades por los parones electorales, ante los que debíamos responder.

¡¡¡FELIZ NAVIDAD Y PRÓSPERO AÑO NUEVO!!! Nos vemos el año que viene.